martes, 20 de diciembre de 2011

Punto y coma.


Hoy es un día de esos, de los que no me apetece escuchar música, estoy de muy mal humor, tampoco he comido, y hasta se me ha olvidado sumar... Alomejor es porque tengo demasiadas cosas en la cabeza y lo único que quiero es sentarme, hora tras hora a reflexionar.
Y resulta que no es tan fácil, tomar decisiones. Decisiones que podrían cambiar tu vida de golpe, decisiones de las que no puedes escapar, que puedes arrepentirte de tu elección, decisones importantes que no te atreves a tomar, que te juegas todo o nada y cuando lo arriesgas todo, lo puedes perder... 
Pero resulta que si al menos estaría él, lo díficil, lo llevaría con humor, y probablemente hoy habría escuchado todas las canciones de mi Ipod, habría comido más de lo que me pusieron en el plato y me sabría las 50 primeras raízes cuadradas.
En el banco se habría sentado él, y yo a su lado.
Habría sido un día de lo más normal supongo, pero ese día, nunca será así... Porque no lo tengo, que es lo que más necesito. Dicen que lo imposible, es posible.
Que nunca decir nunca, que hay que ser positivos y optimistas... Sí, pero de que nos sirve, de crearnos una mentira. Prefiero arriergasme, saltar al vacío si hace falta, jugarme todo en una partida de pócker, pero no autoengañarme, que para eso me compro una mascota.

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